sábado, 7 de febrero de 2015

FASES SENSIBLES Y ENTRENAMIENTO: LA IMPORTANCIA DE NO QUEMAR ETAPAS


ARTÍCULO EXTRAIDO DE LA WEB TAEKWONDO CIENTÍFICO

Un hecho que nos sitúa, temporada tras temporada, frente a una realidad ineludible: ¿Qué debo conseguir en cada categoría y etapa? ¿Qué tengo que hacer para conseguirlo? ¿Si hago esto me estaré excediendo? ¿Si hago esto otro me estaré quedando corto? Y es que actualmente existen competiciones desde categoría Infantil ( A: 11-12 y B: 9-10 años), además de las tradicionales Cadete y Junior. ¿Qué debemos perseguir en cada una de las categorías?

Estas (sobretodo las dos primeras) podrían denominarse categorías formativas. Es decir, lo principal que debemos perseguir es la formación deportiva de los participantes, aún que esto debería ser una constante a lo largo de toda la vida deportiva. Una vez dicho esto, el siguiente paso es buscar la forma de actuar, perfilar nuestra intervención, el Qué y el Cómo. Para ello, debemos servirnos de los conocimientos que nos ofrecen las ciencias de la motricidad y programar en función de las fases sensibles de desarrollo para las Habilidades Motrices y para las Capacidades Físicas. Es decir, debemos buscar el periodo ontogenético con una predisposición (entrenabilidad) para el desarrollo de una habilidad o capacidad concreta. Esto, a veces, puede estar reñido con conseguir resultados deportivos a corto plazo.

A continuación, se expone un cuadro en el que se muestran las habilidades motrices relacionadas con cada edad, lo cual nos dará pie a programar los contenidos del proceso de enseñanza-aprendizaje (entrenamiento).

Si observamos la tabla con atención, podemos deducir que las edades correspondientes a las categorías Infantil y Cadete se identifican con los estadios de adquisición de las habilidades específicas de la modalidad. Teniendo esto en cuenta, en estas etapas debemos centrarnos en la ejecución, en la estabilización de un patrón motor específico de taekwondo. Esta adquisición debe de respetar una progresión que obedezca a la sucesión de etapas dentro de este estadio.
Así, en un primer momento, correspondiente al estadio de transición entre habilidades motrices básicas y específicas, debemos centrarnos en las generalidades del movimiento. Las explicaciones y las tareas deben ir orientadas a una idea "primaria" y "rudimentaria" del movimiento, con expresiones generalistas. En segundo lugar, según se van adquiriendo patrones motores similares al deseado y el alumno interioriza la ejecución, pasaremos a tareas más específicas, poniendo la atención en aspectos cualitativos del movimiento. Es importante diferenciar estas dos etapas, puesto que el correcto desempeño del movimiento va a depender de la idea previa y general que el alumno tenga de él, es decir, que le dé sentido. Por ejemplo, antes de pasar a explicar que en el Bandal chagui debemos levantar y girar el pie de apoyo (sin clavar el talón) el alumno debe comprender que estamos ejecutando una patada semicircular y que es muy importante golpear de lado.
Una vez superadas estas fases entraremos en la última fase, la de las habilidades motrices especializadas. Si hemos realizado un correcto trabajo en las fases anteriores el deportista tendrá un buen dominio de la ejecución y una buena conciencia corporal del movimiento. Ahora podemos trabajar sobre variaciones, detalles, especificaciones y adaptaciones. Si lo hemos hecho bien, si hemos respetado las etapas de trabajo con respeto a las fases sensibles de nuestro deportista, ahora podremos gozar de una buena base técnica que posibilite una buena adaptación a la competición y generar un buen sistema de combate personal. Pues al fin y al cabo, dotar de recursos a un deportista no es obligarlo a ejecutar un gran número de recursos técnicos, sino enseñar y entrenar esos recursos formando una base de habilidades motrices sólidas.
Al igual que ocurre para las Habilidades Motrices, existen etapas de desarrollo sensibles para las Capacidades Físicas.
  • Resistencia: la resistencia aeróbica se podrá entrenar desde el comienzo de la actividad. Los contenidos de carácter anaeróbico se entrenaran después de la pubertad.
  • Fuerza: la fuerza velocidad se puede comenzar a estimular desde los 8 años con esfuerzos dinámicos sin sobre cargas (carreras, saltos, etc). Durante la pubertad se produce un gran desarrollo estructural que nos permitirá afrontar y desarrollar ampliamente contenidos de fuerza.
  • Velocidad: la velocidad de se puede comenzar a trabajar desde los 6-7 años. Sin embargo, para el desarrollo de la velocidad gestual (acíclica) será necesario esperar a la maduración del sistema muscular y nervioso una vez finalizada la pubertad.
  • Flexibilidad: desde las primeras etapas de la actividad se pueden utilizar métodos pasivos, aún que lo importante en cuanto a esta cualidad es considerar que es involutiva, se deteriora con la edad, lo  que nos indica que cuanto mayor sea el sujeto más debemos insistir en el trabajo de la flexibilidad.
Igualmente, tenemos que tener en cuenta el estadio de desarrollo cognitivo del sujeto. Esto nos permitirá regular las tareas, organización de las mismas, explicación y los contenidos. Por ejemplo, no podremos trabajar contenidos tácticos que requieren de una gran capacidad de abstracción y de formulación de hipótesis si el sujeto no ha alcanzado la fases de las operaciones formales. Es decir, el sujeto no podrá dar soluciones originales a los diferentes problemas utilizando las herramientas de las que dispone. Por este motivo, en la etapa de las operaciones concretas, nosotros podemos presentar y trabajar los diferentes contenidos (contraatques, ataques, enlaces, defensas,etc) presentándolos de forma visual y centrando las claves en la ejecución. Realizaríamos un trabajo más "guiado" previo al trabajo dirigido a la solución de problemas.
Para concluir, presentamos un caso que la Neurocientífica Susan Greenfield expuso. Se trata del caso de un niño italiano de 6 años y ciego de un ojo. Los oftalmólogos no encontraban causa a la ceguera, pues el órgano se encontraba en perfectas condiciones. Tras investigar su historial, descubrieron que cuando era un bebé había llevado el ojo vendado durante un par de semanas a causa de una infección. Este hecho ocasionó que las células nerviosas que comunicaban el ojo con el cerebro cayeran en desuso y el Sistema Nervioso "cerrara" ese camino neural en un momento crítico para el desarrollo de este. La consecuencia fue una ceguera permanente. Este es un ejemplo de la gran capacidad de adaptación del organismo a los estímulos en los periodos especialmente sensibles.

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