sábado, 27 de diciembre de 2014

EL TAEKWONDO COMO MEDIO DE DESARROLLO PSICOMOTRIZ


Recordemos que el taekwondo es un arte marcial y que esa es la esencia de lo que queremos enseñar, trabajar siempre con niños y hacerles entender la importancia de esta esencia es difícil, por lo que debemos apoyarnos de varias técnicas para inculcarles esta idea, como resultado de esta debemos apoyarnos en ejercicios que ayuden e estimular sus capacidades biomotoras ya que se encuentran en una edad que determina su crecimiento y desarrollo. La tarea es difícil, ya que debemos inculcar un régimen marcial y al mismo tiempo debemos tener cuidado de no entorpecer su desarrollo, el planteamiento es que la educación solo podrá ser mas efectiva y eficiente si se trabaja integrando las áreas.
Las áreas propuestas como ejes para una educación física infantil son:
· Área motriz
· Área psicomotriz

- ÁREA MOTRIZ
Su objetivo central es la educación física de base que implica el desarrollo de las llamadas cualidades motrices, de acuerdo con las posibilidades que el niño tiene en cada edad.

Estas cualidades son , por otro lado, resistencia, fuerza y velocidad, cualidades condicionales que están íntimamente relacionadas con el aparato de movimiento , o sea, el funcionamiento de los sistemas cardiovasculares y respiratorio por una parte, que permiten los movimientos del cuerpo humano. Por otra parte las llamadas capacidades coordinativas, en las que intervienen directamente el sistema nervioso central, destreza y movilidad.

Destreza: la palabra destreza deriva del termino “cambio” y significa originalmente agilidad. La destreza era entendida en general como la capacidad para resolver rápida y adecuadamente las tareas motoras, esta capacidad general es esencial para muchos deportes.

Movilidad: es la capacidad y cualidad que el deportista tiene para poder ejecutar movimientos de gran amplitud articular por si mismo, la movilidad es una de las condiciones elementales que permite la ejecución de movimientos de calidad y en cantidad , el desarrollo de la movilidad esta determinado por tres factores , el morfológico (anatómico), el coordinativo y la condición física.

- ÁREA PSICOMOTRIZ
La importancia de esta área es la de tener un puente entre lo corporal y lo psíquico, sin embargo, el termino en si ha sido muy utilizado para campos totalmente diferentes.

Para nuestro planteamiento pedagógico, resulta muy importante algunos aspectos que llegan a ser objetivos psicomotrices , desde el punto de vista didáctico.

Perspectiva reeducativa: la definen como la acción psicopedagógica y psicológica que utilizan los medios de la educación física con la finalidad de normalizar o mejorar e comportamiento del niño.

Perspectiva biológica: es la educación del movimiento o por medio del movimiento que procura una mejor utilización de las capacidades psíquicas a partir del cuerpo, con el cuerpo.

Perspectiva pedagógica: la psicomotricidad como ciencia de la educación realiza un enfoque integral del desarrollo en sus tres aspectos, físico, psíquico e intelectual por medio de la educación que procura estimular el enlace armónico de las tres áreas en las distintas etapas del crecimiento.

Estos conceptos son los referidos al esquema corporal, las nociones espaciales y temporales, lateralidad, percepción sensorial, equilibrio, control muscular y coordinación.

SABER COMPETIR


Enfrentarse a una competición puede ser un arma de doble filo que genera grandes satisfacciones, pero también importantes bloqueos. La psicóloga deportiva Patricia Ramírez nos da las claves para aprender a competir.

Pensamos que la palabra competir se asocia a todos aquellos que se dedican a la alta competición. Competir nos acerca a conceptos como ganar, superación, esfuerzo, sudor y lágrimas, sufrir, dolor, rivalidad, competitividad, querer más y más. En el deporte de alto rendimiento no basta con mejorar tu marca, necesitas superar a tu rival para hacerte con el título. Los profesionales del deporte viven de sus éxitos, de los que dependen becas, patrocinios, continuidad y poder seguir entrenando con tranquilidad para no tener que compatibilizarlo con otra actividad profesional.

Pero tú, ¿por qué compites?

Muchas son las personas que de su carrera, ciclismo o cualquier otro deporte hacen su propia competición. ¡Competir te pone! Competir contigo mismo implica:

-Superarte. Siempre quieres más, siempre quieres hacerlo mejor. No por perfeccionismo, sino por el afán de superación.
-Esforzarte y trabajar para ti mismo. Genera orgullo, seguridad y apreciación por uno mismo.
-Motivación. Un objetivo nuevo y desafiante te lleva a estar concentrado, a tener un motivo por el que seguir luchando
-Concentración. Un reto distinto, que implica mayor dificultad, requiere de un proceso atencional consciente. Cuidar más la técnica, medir el esfuerzo y otras variables.
-Bienestar. El placer de cruzar tus límites te lleva a sentirte pletórico. Además, la generación de endorfinas y dopamina generan un estado de felicidad interna que para los que no lo han experimentado, es difícil de explicar.
Elevar los niveles de confianza. Le dedicas tiempo y trabajo a una actividad en la que tu propio esfuerzo te lleva a superarte. Eres tu rival. Te organizas, mejoras y vas descubriendo en ti una fuerza de voluntad que igual desconocías. Te conviertes en alguien con potencial, con capacidades y afán de superación.
-Orgullo y respeto. Eres padre o madre, amigo, compañero, pareja, alguien a quien muchos admiran por tu fortaleza. Escuchas comentarios como "qué valor salir a correr a esas horas", "de verdad que te admiro, yo sería incapaz". Y todos estos refuerzos no hacen más que alimentar tu bienestar y fortalecer tu relación con tu deporte y tu entusiasmo.

FIBROSIS QUÍSTICA Y ACTIVIDAD FÍSICA


Una de nuestras alumnas sufre esta enfermedad, ella lo lleva muy bien hasta el punto de que entrena con intensidad y también compite, es una luchadora y no hay cosa que se le ponga por delante que no intente superar.

Por esto quiero compartir este artículo con todos:
Las personas que padecen fibrosis quística, pueden beneficiarse de la práctica de ejercicio físico. Así lo han mostrado varios estudios. La fibrosis quística es un trastorno hereditario en que las glándulas exocrinas producen secreciones o moco excesivamente espeso. Las glándulas que suelen afectarse con más frecuencia son las del páncreas, las del aparato respiratorio y las glándulas sudoríparas.
Hay pocos estudios sobre los efectos del ejercicio prolongado en personas con fibrosis quística. Entre lo que se ha descubierto está que el ejercicio aeróbico prolongado produce beneficios a estas personas como por ejemplo:
a. Aumento de la capacidad de trabajo físico y del consumo de oxígeno.
b. Aumento de la resistencia de los músculos ventilatorios.
c. Mejora en la eficiencia cardiorrespiratoria.
d. Aclara la mucosidad.
e. Mejora el funcionamiento pulmonar o retarda su deterioro
Se ha demostrado que tener altos niveles de acondicionamiento aeróbico se relaciona con una mejor calidad de vida, sensación de bienestar y con mayor tasa de supervivencia a la enfermedad. El principal objetivo del entrenamiento para estas personas debe ser el aumentar su capacidad aeróbica. La mayoría de los sujetos que tienen fibrosis quística pueden ser capaces de soportar ejercicio aeróbico continuo durante 20 a 30 minutos a intensidades moderadas o sea, entre 60 y 80% de su frecuencia cardiaca máxima. Algunas personas con enfermedad severa en el pulmón, pueden requerir periodos de descanso durante las sesiones de ejercicio e incluso que se les suplemente oxígeno durante el entrenamiento. El ejercicio puede ser mejor tolerado y causar más beneficios si se realiza después de tratamiento fisioterapéutico para el pecho y de recibir broncodilatadores, si la persona tiene una respuesta positiva a estas sustancias. Las personas con fibrosis quística pueden sufrir crisis o periodos en los que su condición pulmonar empeora. En esas etapas, se debe disminuir la intensidad del ejercicio.
Entre las actividades que se recomienda para las personas con fibrosis quística, están los ejercicios de tipo aeróbico como caminata, bicicleta, natación o trote, donde se trabaja con grupos musculares grandes. Los ejercicios aeróbicos deben realizarse entre un 60 y 85% de la frecuencia cardiaca máxima, 3 o 4 días por semana, aunque las personas más enfermas podrían necesitar hasta dos sesiones por día. Se recomienda iniciar con 10 minutos e ir aumentando un minuto hasta llegar a realizar 20 a 30 minutos. Se debe hacer énfasis en la duración del ejercicio y no en la intensidad del mismo. Lo importante es lograr que la persona aumente su resistencia y para ello, el entrenamiento aeróbico deberá mantenerse al menos unos 2 o 3 meses, para empezar a ver mejoras.