sábado, 27 de diciembre de 2014

FIBROSIS QUÍSTICA Y ACTIVIDAD FÍSICA


Una de nuestras alumnas sufre esta enfermedad, ella lo lleva muy bien hasta el punto de que entrena con intensidad y también compite, es una luchadora y no hay cosa que se le ponga por delante que no intente superar.

Por esto quiero compartir este artículo con todos:
Las personas que padecen fibrosis quística, pueden beneficiarse de la práctica de ejercicio físico. Así lo han mostrado varios estudios. La fibrosis quística es un trastorno hereditario en que las glándulas exocrinas producen secreciones o moco excesivamente espeso. Las glándulas que suelen afectarse con más frecuencia son las del páncreas, las del aparato respiratorio y las glándulas sudoríparas.
Hay pocos estudios sobre los efectos del ejercicio prolongado en personas con fibrosis quística. Entre lo que se ha descubierto está que el ejercicio aeróbico prolongado produce beneficios a estas personas como por ejemplo:
a. Aumento de la capacidad de trabajo físico y del consumo de oxígeno.
b. Aumento de la resistencia de los músculos ventilatorios.
c. Mejora en la eficiencia cardiorrespiratoria.
d. Aclara la mucosidad.
e. Mejora el funcionamiento pulmonar o retarda su deterioro
Se ha demostrado que tener altos niveles de acondicionamiento aeróbico se relaciona con una mejor calidad de vida, sensación de bienestar y con mayor tasa de supervivencia a la enfermedad. El principal objetivo del entrenamiento para estas personas debe ser el aumentar su capacidad aeróbica. La mayoría de los sujetos que tienen fibrosis quística pueden ser capaces de soportar ejercicio aeróbico continuo durante 20 a 30 minutos a intensidades moderadas o sea, entre 60 y 80% de su frecuencia cardiaca máxima. Algunas personas con enfermedad severa en el pulmón, pueden requerir periodos de descanso durante las sesiones de ejercicio e incluso que se les suplemente oxígeno durante el entrenamiento. El ejercicio puede ser mejor tolerado y causar más beneficios si se realiza después de tratamiento fisioterapéutico para el pecho y de recibir broncodilatadores, si la persona tiene una respuesta positiva a estas sustancias. Las personas con fibrosis quística pueden sufrir crisis o periodos en los que su condición pulmonar empeora. En esas etapas, se debe disminuir la intensidad del ejercicio.
Entre las actividades que se recomienda para las personas con fibrosis quística, están los ejercicios de tipo aeróbico como caminata, bicicleta, natación o trote, donde se trabaja con grupos musculares grandes. Los ejercicios aeróbicos deben realizarse entre un 60 y 85% de la frecuencia cardiaca máxima, 3 o 4 días por semana, aunque las personas más enfermas podrían necesitar hasta dos sesiones por día. Se recomienda iniciar con 10 minutos e ir aumentando un minuto hasta llegar a realizar 20 a 30 minutos. Se debe hacer énfasis en la duración del ejercicio y no en la intensidad del mismo. Lo importante es lograr que la persona aumente su resistencia y para ello, el entrenamiento aeróbico deberá mantenerse al menos unos 2 o 3 meses, para empezar a ver mejoras.

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