En el ámbito del deporte ordinario, la iniciación se produce fundamentalmente en edades tempranas, ya que se pretende la detección de talentos que en un futuro garanticen un máximo rendimiento deportivo, o bien la instauración del hábito de la práctica, como un elemento más de la calidad de vida de la persona. Sin embargo,
en las personas con discapacidad no siempre es así, ya que sería necesario atender al momento de aparición de la lesión. Así, cuando la alteración se manifiesta desde el nacimiento, en mayor o menor medida, condiciona el desarrollo del niño, tanto a nivel motor, socio-afectivo o bien intelectual, estando estas esferas totalmente interaccionadas. En este caso, el deporte no sería una finalidad en sí misma, sino que debería ser entendido como un medio más para favorecer su educación. Para ello sería necesario que se tomasen una serie de medidas, que favoreciesen la participación o la adecuada atención de estos alumnos en las sesiones de educación física. Sin salir del ámbito escolar, habría que prestar especial atención al deporte escolar, ya que actualmente, la participación de alumnos con necesidades especiales es prácticamente testimonial, pues actualmente en muy pocas ocasiones los responsables organizativos, contemplan su participación.
Sería necesario establecer diferentes posibilidades de intervención en función
de intereses y características de los chicos (Ríos, Ruiz, 2000).
Cuando la lesión aparece en edad adulta, la persona suele ver modificada sus condiciones de vida de forma más o menos importante en un corto espacio de tiempo. Esto supone la necesidad de readaptarse a las nuevas condiciones, hasta alcanzar ciertos niveles de independencia y autonomía. Sin embargo, sería un error considerar que en la primera fase tras la lesión, todos aquellos que tienen una discapacidad, practican deporte con una orientación específicamente terapéutica.
En un elevado porcentaje de ocasiones, el motivo principal habría que buscarlo en el placer que pueda producir la propia actividad “per se”, independientemente de que puedan derivarse ciertos beneficios relacionados con la readaptación motriz.
en las personas con discapacidad no siempre es así, ya que sería necesario atender al momento de aparición de la lesión. Así, cuando la alteración se manifiesta desde el nacimiento, en mayor o menor medida, condiciona el desarrollo del niño, tanto a nivel motor, socio-afectivo o bien intelectual, estando estas esferas totalmente interaccionadas. En este caso, el deporte no sería una finalidad en sí misma, sino que debería ser entendido como un medio más para favorecer su educación. Para ello sería necesario que se tomasen una serie de medidas, que favoreciesen la participación o la adecuada atención de estos alumnos en las sesiones de educación física. Sin salir del ámbito escolar, habría que prestar especial atención al deporte escolar, ya que actualmente, la participación de alumnos con necesidades especiales es prácticamente testimonial, pues actualmente en muy pocas ocasiones los responsables organizativos, contemplan su participación.
Sería necesario establecer diferentes posibilidades de intervención en función
de intereses y características de los chicos (Ríos, Ruiz, 2000).
Cuando la lesión aparece en edad adulta, la persona suele ver modificada sus condiciones de vida de forma más o menos importante en un corto espacio de tiempo. Esto supone la necesidad de readaptarse a las nuevas condiciones, hasta alcanzar ciertos niveles de independencia y autonomía. Sin embargo, sería un error considerar que en la primera fase tras la lesión, todos aquellos que tienen una discapacidad, practican deporte con una orientación específicamente terapéutica.
En un elevado porcentaje de ocasiones, el motivo principal habría que buscarlo en el placer que pueda producir la propia actividad “per se”, independientemente de que puedan derivarse ciertos beneficios relacionados con la readaptación motriz.
FASES DE LA INICIACIÓN
FASE 1
-Competiciones paralelas.
En las competiciones escolares de manera simultánea, se realizarían unas específicas para los alumnos con discapacidad.
-Jornadas recreativas.
Participación conjunta de alumnos con y sin discapacidad en jornadas de deporte recreativo.
FASE 2
- Deportes unificados.
En el calendario de competiciones escolares se introducirían deportes que, por su estructura y reglamento, permitiesen la participación conjunta de alumnos
con y sin discapacidad (boccia, baloncesto en silla de ruedas, goalball u otros), como si se tratase de otras modalidades deportivas.
FASE 1
-Competiciones paralelas.
En las competiciones escolares de manera simultánea, se realizarían unas específicas para los alumnos con discapacidad.
-Jornadas recreativas.
Participación conjunta de alumnos con y sin discapacidad en jornadas de deporte recreativo.
FASE 2
- Deportes unificados.
En el calendario de competiciones escolares se introducirían deportes que, por su estructura y reglamento, permitiesen la participación conjunta de alumnos
con y sin discapacidad (boccia, baloncesto en silla de ruedas, goalball u otros), como si se tratase de otras modalidades deportivas.
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